lunes, 21 de mayo de 2012

Nuigurumeando with Helena in her Handmade Lab

¡Quién iba a decirme a mí que acabaría haciendo Nuigurumi! Que, ¿qué es eso? Bien, intentaré hacerme entender un poco. 

Lo primero que yo conocí fue el Amigurumi. Fue el año pasado. Y lo conocí no porque me pusiera a practicarlo, sino porque mi amiga Helena, quien es una crack del DIY (Do-it-yourself o hazlo tú mismo), se pasaba el día que “si Amigurumi por aquí, que si Amigurumi por allá”. Ella ha organizado ya varios encuentros nacionales de amigurumi en Alicante, Madrid y Murcia.  Aunque no sólo se dedica a esto en su tiempo libre. La señorita Helena Vicente hace de todo: desde tejerte una súper bufanda hasta prepararte unas deliciosas cupcakes o una tarta de galletitas oreo, mi favorita; la cual, por cierto, es capaz de ¡resucitar a un muerto! Y no exagero en absoluto. ¡Ah, bueno!, Helen también hace pan.

Retomemos. Para poneos en situación, el Amigurumi es una antigua técnica de origen japonés mediante la cual se tejen adorables muñequitos empleando agujas de crochet, es decir, ¡haciendo ganchillo! 

En el Nuigurumi, en cambio, se utilizan telas y se cose, preferiblemente, a máquina:


Aquí en Occidente, el Amigurumi y el Nuigurumi se han convertido en un auténtico hobbie o pasatiempo desde que el DIY se convirtió en tendencia mundial y lo craft (lo artesanal) se puso de moda. Créedme si os digo que en youtube podéis encontrar videotutoriales para hacer casi de todo; desde confeti hasta las instrucciones de cómo hacer un cojín monísimo a partir de una camisa vieja. La cuestión es reutilizar (máxima de Helena).

En Japón, sin embargo, el Amigurumi (sobre todo) constituye una tradición cultural cargada de significado. Los amigurumis no son simples monigotes graciosos. Para los japoneses cada uno de estos muñecos posee un “alma”. Esto no lo digo yo, sino wikipedia. Y, según he leído, es bastante común encontrarlos en el lugar de trabajo o en casa a modo de adorno o recordatorio: respira, sonríe, pausa, come, "mañana será otro día", ¡arriba ese ánimo!, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, etc. 
Mi "obra de arte" aún está por bautizar
Si queréis que os diga la verdad, cada vez que miro la ballena que hice el sábado me sale una sonrisilla. La confeccioné mediante la técnica del Nuigurumi. Y ¡para nada! me veía yo creando estas historias. No soy muy crafty girl que digamos. Pero si es verdad que estos bichejos tienen un “alma”, bienvenida sea si cada vez que miro mi “obra de arte” (la ballena azul y blanca de la foto de abajo) esbozo una medio sonrisa :)

Me quedó graciosa, ¿verdad? Aunque tiene alguna que otra tara, pero ya me encargué yo de sacarle el punto positivo a eso. Lo que pasa es que tengo que coserle bien la cola ¡Da pena ver el poco arte que tengo con una aguja en la mano! El resto del muñeco está bien, gracias a Amparo, la profe del taller de nuigurumi. Tuvo mucha paciencia conmigo y cosió a máquina el resto de mi ballena. Si llego a coger yo la máquina de coser, probablemente ahora no podría escribir porque tendría varios dedos magullados. No sé si alguna vez habéis utilizado una máquina de coser, pero a simple vista no parece NADA fácil su manejo. Durante el taller, mis compañeras y yo comprobamos que las máquinas de coser también tienen alma. Y si no les lanzábamos piropos  no funcionaban. Yo no me acerqué a ninguna, por si acaso. ¡Quizá a la próxima! ;) 

Bea y su ballena de Amigurumi (gemela a la mía)
Para todos aquellos interesad@s en conocer más sobre el mundo craft o en hacer algún taller o curso de este tipo de manualidades, no tenéis más que hacer click en los siguientes enlaces y echar un vistazo:

Os aseguro que da igual que tengáis o no habilidad para crear cosas con vuestras manos. Si yo pude hacerlo (con mucha ayuda, ¡todo hay que decirlo!), cualquiera puede. ¡Feliz semana!

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